Victor de Diego Quartet / Festival L’hora del Jazz
Victor de Diego Quartet
Festival L’hora del Jazz- Memorial Tete Montoliu
Can Deu. Barcelona
16 de septiembre del 2010.
El cuarteto del saxofonista Víctor de Diego aprovechó la hora del jazz para presentar su último trabajo, el premiado Evolution Quadrant records, 2009. Con los músicos que lo grabaron y recuperando el orden de los temas, aun que una hora no dio para poder escucharlo todo, el público pudo hacerse una idea, antes de adquirir el producto a la salida del concierto. Empezaron la noche con Korrika un tema de De Diego, donde quedó claro que el bilbaíno / catalán (debe llevar tantos años en Barcelona como en su ciudad natal) sigue gozando de los sonidos clásicos y su amor a los tiempos de Adderley o de Rollins sigue siendo primordial incluso a la hora de componer. Su sonido siempre “original” buscando no parecerse a nadie sino consiguiendo ese color “mate” le asegura un espacio entre los saxofonistas actuales, nunca ha sido un soplador espectacular, mas bien un creador de sensaciones y un gran baladista, el segundo tema Buscando a Is, de Roger Mas ya iba por otros derroteros, el pianista (no confundir con el cantautor del mismo nombre) desde su trabajo en Offering Marc Ayza Fresh Sound New Talent (2008), para mi pasó a ser un músico a seguir muy de cerca, pues esta composición reflejaba ese camino de investigación que se adivinaba en el proyecto de Ayza, además estaba eufórico y le dio un buen impulso al show. Después vinieron un par de temas en que Víctor de Diego se acordó de su pequeña, Naroa y Haurtzaindegian un tema sobre lo que sería la guardería de la niña, aquí el contrabajo de Marc Cuevas y el tenor de De Diego iniciaron un dueto “free” supongo que en honor a los momentos primeros de la vida escolar de la pequeña, muy original. A continuación vendría My little brown book, de Billy Strayhorn, compositor contemporáneo de Ellington. Gonzalo del Val baterista muy solicitado y premiado en los últimos años, estuvo espléndido, me gustó mucho la idea de colgar una especie de cadenita de metal en uno de los platillos para reforzar la vibración, no es hombre de grandes demostraciones pero sobre todo en los momentos en que el líder dejaba solo al trío su trabajo era impecable. Un público que aplaudió con ganas se merecía un bis y el cuarteto no dejó pasar la oportunidad de volver a un clásico que le encanta a De Diego, Pannonica de Monk era como no un buen broche para una noche de buen jazz. Foto: Carlos Pericas //www.victordediego.com relacionados Candido Querol