Rita Payés, De Camino al Camino
Rita Payés
De Camino al Camino. Sony. 2024
Acababa de llegar a los Jardines de Pedrilla, donde, Rita Payés, iba a inaugurar el ciclo de, Las Canciones de Pedrilla, dando el primer concierto de presentación de su nuevo trabajo, De Camino al Camino, cuando, David Cortés, manager del grupo, me daba el nuevo disco, que acababan de publicar ese mismo día, a las 00:00, tanto de forma física como digital. Sin casi tiempo de poderlo escuchar —solo algunos avances en Youtube, unos días antes—, me enfrentaba al concierto de esa noche. Afortunadamente tenía tiempo suficiente para escuchar las pruebas de sonido y para poder hablar con Elisabeth Roma, madre de Rita Payés, música tanto en el escenario, como en el disco, brevemente con Horacio Fumero y su eterno contrabajo, compañero suyo en mil batallas y, especialmente, con Rita Payés.
De Camino al Camino, es su tercer trabajo, en solitario, y el primero del que ella es absoluta responsable, sin la ayuda, al menos oficialmente de Elisabeth Roma, como si ocurría en los dos anteriores, como nos explicaba su madre: «Imagina, el primero, viene de una historia que se remonta a un regalo de aniversario que me hizo Rita —voy traduciendo sus palabras—. Le hizo ilusión regalarme un día de sesión de estudio para grabar cosas que tocábamos en casa así, un poco tontamente, con la familia o en vacaciones. Teníamos dos posibles fechas, y a medida que se acercaba el día, empezamos a ver que podíamos grabar eso y lo otro…; y al final pensamos que era mejor grabar dos días, en vez de uno solo, y acabaron saliendo doce temas. Y muy al final vimos que aquello podía ser un disco, como así fue. Fue así, tontamente. Un regalo que me hizo y no sé… Hay veces que estas cosas funcionan porque salen de forma espontanea…». Un trabajo que ellas mismas produjeron y que fue, de alguna manera, algo inesperado. Teníamos esa imagen de Rita Payés, con su trombón, su personal voz, interpretando estándares de jazz, o de bossa nova, tanto junto a sus compañeros o como protagonista de los dos disco que publicó al principio de su carrera —los dos que hizo junto a Joan Chamorro, además de diversas colaboraciones con sus compañeros de la Sant Andreu Jazz Band, y algunos otros artistas—, algo muy diferente a lo que nos ofrecía este nuevo trabajo. No solo eran los temas, aunque sí que habían bosa novas y algún estándar, pero especialmente era escuchar a una Rita Payés, musicalmente más desnuda, solo con la guitarra clásica de Elisabeth Roma, y su trombón de varas, además, por supuesto, de su voz. Digamos que era una formación, como mínimo, original. Pero el resultado, no solo nos remitía a ese gesto de cariño con el que nació —una complicidad que era notoria a lo largo del trabajo—, si no que tenía una calidad musical evidente, lo que justificó la buena acogida que tuvo. Tanta que decidieron, esta vez ayudados por el contrabajo de Horacio Fumero, y las percusiones de Juan Rodríguez Berbín, hacer una gira muy extensa, e incluso pensar en un segundo disco. Pero todo ello quedó truncado, como muchas otras cosas en aquellos momentos, por la dichosa pandemia. «Se nos fastidio toda la gira que teníamos preparada para el verano del 2020 —nos decía, Elisabeth Roma—, para la que teníamos muchos conciertos y habíamos decidido incorporar un contrabajo y unas percusiones. Como estábamos confinados, decidimos hacer un segundo disco, en una línea muy similar» Para ello empiezan a trabajar de forma definitiva con el contrabajo de Horacio Fumero, y las percusiones de Juan Rodríguez Berbin, presentes en los conciertos que pudieron hacer, y piezas imprescindibles, tanto en el segundo como en el tercer disco y en sus actuaciones posteriores, como veremos. A pesar de estas circunstancias, pudieron hacer cuatro o cinco conciertos que fueron muy importantes, no en sí mismos, sino por lo que significaron posteriormente.
En este segundo trabajo, Rita Pagés, ya había incluido algunos temas compuestos por ella, y en el final de la accidentada gira, añadió en sus presentaciones un cuarteto de cuerda. Ambas cosas serían fundamentales para el resultado de, De Camino al Camino, su nuevo trabajo.
Así ha sido, de forma resumida, como, Rita Payés, pasó de estar entre grupos de jazz y bossa nova, principalmente, a hacer sus propias producciones. Ella misma nos habla de esa trayectoria: «Lo que me ocurre es que crezco, y como crezco vivo cosas—nos comentaba—. Y entonces, bueno, no sé. Las nuevas experiencias y las nuevas cosas que voy viviendo y las nuevas músicas que voy escuchando y que voy aprendiendo pues me van a hacer evolucionar de una forma. Y al final poco a poco van transformándome a mí con los años. Y supongo que no es más que eso lo que nos pasa a todos, todo el rato: que es que somos seres cambiantes». Una evolución que desde, Imagina, nacido como un regalo, pasó por otro disco, Como la piel, ya pensado con la intención de publicarlo «Después ya en el siguiente —comentaba—, añadí algunas composiciones propias», y no solo eso, porque, Elisabeth Roma, ya nos explicaba que añadieron también nuevos elementos musicales, el contrabajo y la percusión: «Este tercer disco que ha salido hoy es otra rotura de estilo, por decirlo así —añadía—. Es un disco mucho más personal de Rita. Yo aquí estoy trabajando como guitarrista pero en un segundo plano, en otra posición. Después del primer disco, personalmente no pensaba que participaría en ningún otro proyecto de Rita. Cuando, en el confinamiento, decidimos hacer el segundo disco, me hizo mucha ilusión. Y cuando cerramos la gira, me despedí del proyecto de tocar con Rita, pensando que nunca más…Bueno, que podría hacer algún concierto con ella…, ¿sabes? Pero vuelvo a estar con ella, y estoy encantada [risas]».
Puede que este tercer trabajo, Rita Pagés, no lo ve como algo tan distinto, tan radical: «En, De Camino al Camino, es todo propio, que supongo que así haciendo la escalerita —se refiere, Rita Payés, a su trayectoria—, hace como gracia. Es realmente diferente, porque el formato es como novedoso. El formato lo que tiene es que añade el cuarteto de cuerda, que para mí esto ha sido así bastante especial y tenía como muchas ganas de hacer esto. Ya hice un cierre de la gira anterior del disco, Como la piel, con cuerdas, pero no grabé nada y me quedé un poco con esas ganas. Y entonces me he lanzado un poco a la piscina a escribir estos arreglos de cuerdas, y la verdad es que [Paula Sainz, y Marina Arrufat, a los violines, Nina Sunyer, a la viola e, Irma Bau, al violoncelo] tocan muy bien y es como bastante suerte. Y nada, ahora los puedo llevar a algunos conciertos, no a todos, me encantaría a todos pero no es viable. Pero la verdad que creo que a la mayoría, y a ver qué tal, hoy es el primero.»
Ella solo había hecho arreglos de cuerda otra vez: «Para mí digamos que ha sido como un poco reto porque tampoco me siento tan segura, por mi respeto hacia los arreglistas del mundo y todas estas cosas. Lo he hecho como un poco desde el juego, y desde decir: “¡Wow!, a mí esto me suena bien, pues será que puede sonar bien”. También es verdad que son unos instrumentos muy agradecidos y que las chicas que lo han grabado, tocan muy bien. Básicamente el quid de la cuestión es ese.»
Un disco que pudiera parecer como un trabajo programático, teniendo en cuenta que empieza con un tema que titulado, Intro, y acaba con Outro. Dos temas de los que me habla luego, pero que no son el principio y el final de una historia, es más como una historia circular: «Bueno, es que lo veo como un caminito —nos explicaba ella—, como las cosas que he ido aprendiendo, las fotos del momento, y van quedando todas ahí y yo voy tirando, ¿no? Y de golpe me encuentro con la misma piedra y, bueno, pues la hago otra vez, pero un poco diferente, ¿no? Porque ya soy un poco diferente, más mayor, con más canas, o…;bueno, aún no tengo, pero… [risas] ¿Sabes? Esa cosa. No sé…»
Ayudados por Rita Payés, vamos a ir repasando cada uno de los temas que componen el trabajo, empezando por ese,
Intro:
Un tema que, pese a ser instrumental, breve —poco más de dos minutos—y sin texto, cuenta, además del cuarteto de cuerda que la acompaña en el disco, con las voces de — permitidme que las diga todas—, Anna Andreu, Dario Barroso, Pol Batlle, Karen Brewer, Magali Datzira, Eva Fernandez, Lucia Fumero, Andrea Motis, Ignasi Ortiz, Nico Roig, Ferran Savall y Kris Tena . Un verdadero lujo. «La, Intro, para mí es como una especie de mantra que me pone en sintonía para todo lo que viene después. Empieza con el trombón que a mí siempre me alinea. Vendría a ser un poco esto.»
El cervatillo:
«El cervatillo es una canción real, que nace de que me encontré a un cervatillo de verdad. Se me cruzó por la carretera y su mirada me penetró muy fuerte y se me quedó él ahí, como muchos días, rondando en la cabeza y al final salió esto.» Con una base de percusión muy fuerte y con influencias claras de la música del sur de América, nos sitúa, como en una metáfora ante ese animal que se asusta y huye, pero que le dice gritando en plena despedida: “Voy camino al camino”, una imagen que, además de dar nombre al disco, entronca con lo que me decía, en cuanto a su proyecto de vida musical, que no sabe hacia dónde la ha de llevar.
Tantas cosas:
«Es el único tema del disco que solamente es con el cuarteto de cuerdas. Un tema que, de hecho, iba a quedar fuera. No sabía muy bien si ponerlo o no; pero no sé, al final pensé que era bonito. Creo que es el tema más antiguo que tiene el disco. Hace muchos años que lo tengo ahí medio rondando y al final me decidí a hacerlo. También es un poco un canto como a la vida, y a la sorpresa de encontrarnos todo lo bueno que viene con… Bueno, todo lo bueno y entender que también se van las vidas que llevamos al mundo. » Un ejercicio de estilo donde se arriesga con los arreglos de cuerda de los que ella nos hablaba como con timidez. Sí que es cierto que la ayuda de las intérpretes de los diferentes instrumentos es importantísima, pero el sonido que logra para acompañarse, es espléndido.
Por qué será:
Primeros invitados —además del numeroso y magnifico coro del primer tema—,de los que nos habla, Rita Pagés: «Aquí canta, La Tania y el Yerai Cortés, que es un guitarrista muy increíble, que me hace muy feliz que colaboren. Es una canción que parece de amor, pero en realidad es una crítica total. Porque dice: “¿Por qué será que ya no hay ojos que me miran al pasar?” Y todo lo que viene después. Y no vendría a ser algo amoroso, si no algo real, de que no hay ojos que te miran al pasar, porque todo el mundo está mirando el maldito móvil. Después la letra sigue, y para mí al final el sentido es ese. Aunque me gusta también pensar que puede ser de amor, pero ahí cada uno.» Un tema de contenido textual equivoco, pero que ella nos explica, en ese contexto de incomunicación que nos rodea, con ese aire como coplero, que imprime al tema, ayudado por esos dos artistas que la acompañan.
No es la llum:
Nuevamente otra magnifica invitada, Lau Noah.
«A la Lau, la admiro muchísimo. Esta canción cuando la hice, la verdad es que me imaginaba mucho su sonoridad. Es de las primeras canciones que me atrevo a hacer en catalán. Para mí es como un poco un paisaje. No sé.» Un contenido lírico que, a pesar que a ella le costase más haberlo escrito en catalán, nos dijo, está a la altura de todos los magníficos textos que aparecen a lo largo del disco. Aquí son las frases que, con sus contradicciones, quieren explicar — ¿resolver?—, esas dudas que nos rodean.
Se transformará:
En este caso, los arreglos del tema no los ha hecho ella, si no el pianista,Tony Vaquer, en una especie de reencuentro con ese mundo del jazz al que, Rita Payés, perteneció —y, sin duda, sigue perteneciendo. Para ello ha contado, además del músico, con la colaboración de el flugelhom de su hermano, Edual Payés, y los saxos de, Eva Fernández, y Miguel “Pintxo” Villar. «Es un tema bastante curioso —nos comentaba—. El Tony ha hecho el arreglo, y también hay tres pitos que tocan en esta canción, que son como los únicos vientos de más que hay en el disco. Y bueno, es una canción un poco…Como ya dice el título, habla un poco de esta transformación que decías tú al principio. Al final es como un poco de mí. Es una canción que de golpe pasa a un camino de jazz que es como de lo que yo venía y es en el único momento que sucede eso en el disco. Y para mí tiene como eso de especial, de golpe conectarme ahí. También la letra la conecto con todas esas cosas que parecen que van a ir mal y, de golpe, pasa algo y siempre acaban bien. Y como, un poco, con la esperanza, al final.» Una retorno a esas big bands donde había brillado en otros momentos, pero con la gracia de, por sus textos y su melodía, no quedar como algo fuera del conjunto del trabajo. Un acierto.
Si entras tú:
«Bueno, esta sí que es una canción de amor. Alguna tenía que haber, ¿no? Sí. Es de amor y no de desamor, cosa que me hace muy feliz.» Y como toda canción de amor que se precie, ha escogido la forma del bolero para potenciarla, con esas frases que —prácticamente a capela—, incluye, para potenciar el texto, que, como dice, es toda una declaración apasionada.
El panadero:
«Bueno, esta sí tiene una historia bastante larga. Pero así resumidamente, es una canción que nace de otra canción, que se llama, Zamba para Juan Panadero, que es de Cuchi Leguizamón. Es como un canto a la generosidad y a todas esas personas que te abren la puerta; como es, Don Juan Riera, que es a la persona a quién le dedicaron esa canción. Es bonita su historia; y la comparto con, Silvia Pérez Cruz, que también…, bueno. Esta mujer es algo que no se puede explicar. Es impresionante lo que hace, y que colabore me hace enormemente feliz, la verdad.» Una simbiosis la de, Silvia Pérez Cruz, con Rita Payés, que funciona perfectamente, tanto con las voces, como con los apuntes vocales que la invitada hace como complemento del trombón, en una perfecta sincronización, interpretando este valsecito que escribió ese músico folclórico argentino.
Juna:
Una canción que grabó en casa, donde al principio y al final escuchamos el latir de los corazones de sus hijas. Un tema en inglés que, nos explica: «Hice cuando estaba embarazada de Juna, y que la acabé un año después porque no encontré el momento. Y yo me la imagino que…; bueno, la hice yo, pero imagino que me la cantaba ella desde la barriga, como un poco las cosas que me iba diciendo: que andaríamos juntas, de la mano y todas esas cosas. Aquí colabora Lucía Fumero, que es una muy amiga, que toca los sintes, y Pol Batlle, que es mi pareja, su papá y también está muy felizLa preguntaba si, como dice el libreto, está grabada en casa: «¡Ah, sí!, está grabada en casa, total. La grabó Juan Berbín que ha producido el disco, y esto es muy importante porque es brutal lo que ha hecho. Sí, sí, sí. De hecho, ha estado grabada en el mismo comedor donde nació ella, o sea, increíble todo…»
Benvingudes:
«¡Guau! Ésta…, ésta en realidad la acabé cuando nació el bebé de una amiga. Pero…, o sea, que parece que vaya dedicada a mis hijas y en realidad no. Pero también es como una… No sé, una bienvenida a todas las cosas. Ya no solo a las vidas, sino a todas las cosas que nos suceden, ¿no? Y a todo lo bonito que hay, como intentar ver esas nuevas vidas desde la belleza.» Otro tema en catalán que quiere, como dice, reivindicar esas cosas que nos llegan. Una pequeña introducción al contrabajo de Horacio Fumero, nos acercan a ese ritmo sincopado que marca la canción, con una percusión muy presente, y esa guitarra distorsionada que, junto al cuarteto de cuerda, ayuda a desarrollar una melodía acorde con el tema que trata, mientras van tomando protagonismo, por momentos, cada una de ellos.
Alma en vilo:
«Ésta es la canción de mi hermano, Audal Payés, que…, bueno, a él lo encuentro…, es un compositor increíble, y siempre me gusta tocar algo suyo. Esta canción me atrapó mucho desde el primer día. Ya la habíamos grabado con él, pero yo tenía un arreglo de cuerdas hecho, y entonces pensé que era guay ponerla en el disco. Además la letra la hicimos con Pol y…, Bueno, la hice yo con Pol. Pensaba que era bonito.» Nuevamente ese ritmo de bolero, con esas disonancias que la misma melodía incorpora y que ella nos va transmitiendo, tanto con la voz como con el trombón, siempre apoyada en esos arreglos de cuerda, de los que nos habla.
Nana per les mamas:Un tema que, interpreta junto a su madre, ambas acompañándose con una guitarra: «Aquí pongo que es, “featuring Elizabeth Roma”, que es mi mami. Es lo que es, una nana dedicada a las madres. Porque les cantamos mil cosas a nuestros hijos y es maravilloso, pero hay muchos días como hoy, que estoy yo cansadita, —después de un largo viaje en coche desde Catalunya, añado yo—,que quisiéramos que nos canten una nana a nosotras, ¿no? Entonces, sí, esta nana va dedicada a todo eso.» Casi un final de disco, una sencilla y dulce melodía, como se corresponde a una nana, que ambas se ofrecen mutuamente, llena de cariño y sensibilidad.
Outro:
«Y después hay un outro, que lo pone aquí pequeñito—en el libreto del disco, nos señala—, que es la misma canción del principio, pero diferente. Que a mí me gusta pensar que empieza y acaba de la misma manera, o sea, igual pero diferente, ¿no? Como éste, De camino al camino, que empieza y acaba distinto porque ya has crecido y aprendido. Pero igual, ¿no? Es otro comienzo… Pero no es un disco dramático, ¿no? No es un disco que aparentemente sea como un…» Circular, no —le comento yo—; simplemente es una historia circular, en la que has expuesto diferentes momentos, ¿no? « Sí, sí, tal cual —me contesta Rita Pagés—. Bueno, es que lo veo como un caminito, como las cosas que he ido aprendiendo, las fotos del momento; y van quedando todas ahí, y yo voy tirando, ¿no? Y de golpe me encuentro con la misma piedra y, bueno, pues lo hago otra vez, pero un poco diferente, ¿no? Porque ya soy un poco diferente, más mayor, con más canas, o… Bueno, aún no tengo, —se toca el pelo—pero… [risas] ¿Sabes? Esa cosa. No sé.»
La dejamos ya, a punto de comenzar el concierto, abrazada a su trombón, como una especie de mantita de, Charlie Brown, —me venía a mí a la cabeza—: « Bueno, el trombón es lo que yo aprendí desde el principio, estudiando música, ¿no? Entonces, de alguna manera, como que me coloca en el centro de la música. Me ayuda como físicamente, incluso.»
Después de escuchar el concierto y también el disco atentísimamente, no dudo en decir que estoy ante una de las grabaciones más importantes de la música de este 2024. |+ Info| Relacionados| Texto y Fotos: Federico Francesch |Programa de radio correspondiente | DESAFINADO |