Nora Buschmann

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“De Berlín a Buenos Aires” Microscopi, 2024

Nora Buschmann es una solista para guitarra, famosa internacionalmente, tanto por su repertorio clásico, «Live in Bern» (1999) su aproximación a la música oriental o del Mediterráneo  «Suite Orientale» (2003) como de la música latina «Apassionata. Latina» (2007) Para esta ocasión ha querido centrarse en la música argentina y más concretamente en el repertorio de uno de los músicos argentinos más destacados de la actualidad. Carlos Moscardini (Buenos Aires 1959) es un compositor esencial para adentrarse en el folclore argentino, como pueden serlo el entrerriano Carlos Aguirre o el salteño Dino Saluzzi.
Todos músicos de un gusto exquisito en sus acercamientos a la música de su país. Buschmann como guitarrista se acerca con respeto a la obra del maestro y aprovecha para adornarla con otros instrumentos de músicos de ambos lados del Atlántico que te iré presentando.
Empieza el disco a guitarra sola, primero con una milonga sureña Adiós a los cien cuervos, una historia de recuerdos infantiles de Moscardini (sin duda los más fieles) Una delicadeza que te atrapa sin remedio.
Sigue con La Nora de Berlín. La compuso Moscardini para Nora Buschmann uniendo el vals alemán con la milonga argentina. Admirar como la guitarra pasa de un estilo a otro es todo un ejercicio de escucha.  A continuación un clásico del maestro, Milonga de un entrevero, aquí Moscardini ha sustituido los cuchillos de los “malevos” por melodías que también se “pelean” entre ellas. Para la pelea de guitarras acompaña a Buschmann el mendocino (instalado en Nueva York) Federico Díaz.   
A los tilingos. Es una milonga candombe dedicada a esas personas que no saben apreciar la cultura del lugar dónde viven, ¡a que conoces unos cuantos! Para este tema ha escogido la trompeta de Guillermo Calliero a quién por suerte tenemos instalado  en Barcelona y podemos escuchar con frecuencia  en diferentes escenas musicales.
Doña Carmen es un vals criollo que Moscardini dedicó a su abuela (nacida en España) y para un servidor, uno de los temas más bonitos del disco. Podría estar todo el día silbándolo (si fuese fácil)
Solo muecas. Un tango cantado por Emilia Danesi, guitarra y voz reviviendo el viejo tango. Decía el gran bandoneista Rodolfo Mederos, que el tango actual solo es una mueca del pasado.
¡Ojalá se equivocara el maestro!
El siguiente tema es Raíces ocultas, lo presenta el violín hiriente de Lisa Bause (otra berlinesa enamorada del folclore argentino) está dedicada al gran Juan Falú (a quién podrás escuchar en el próximo festival de jazz de Barcelona, nada menos que con Silvia Pérez Cruz) los sonidos que extrae Bause de su instrumento tiñen de colores muy originales este vals criollo.
Suburbio, milonga y tango (músicas del suburbio de Buenos Aires) que escogió Moscardini para esta composición que presentó en el 12me Concours International de Guitare de la Ville D’Antony (Francia) un tema reivindicativo, punki. Un puñetazo directo al estómago de la burguesía.
Temperley. Con la ayuda del bandoneista Darío Polonara (te he hablado de él, en las crónicas de los trabajos con el guitarrista Guido di Blasi) se acerca Buschmann hasta la estación de trenes de Temperley, dónde aún se respira tango.
La otra. Una chacarera doble, el invitado es Marcelo Moguilevsky (clarinete y flauta) que aporta esos aires de danza que tiene la chacarera.  Moguilevsky al igual que Polonara residen actualmente en Barcelona, no los perdáis de vista.
Campo Huergo, de nuevo la guitarra desnuda para rememorar el barrio de nacimiento del autor, a través de la milonga sureña quiere traernos imágenes de calles de tierra y caballos, que vivió en su infancia. En Duendes mulatos, de nuevo  Moguilevsky pone sus vientos al servició de esta milonga candombe, que quiere homenajear a los afrodescendientes que tanto influyeron en el folclore argentino.
El siguiente tema es, Horizonte infinito, de nuevo usa la milonga sureña para ofrecernos la imagen de inmensidad y austeridad del paisaje pampeano. Dedicada a Omar Moreno Palacios. Una guitarra sola “caminando” sin prisas, deslizándose con suavidad por los atardeceres rojizos.
La esquina de Goyo, un tango para homenajear una librería del sur de Buenos Aires, y que mejor que el bandoneón “piazzolliano” de Polonara, para darle más crédito.
Para finalizar, El corazón manda. Una cueca norteña. Si la cueca tiene un ritmo como el latido del corazón, que mejor que acompañarse con la percusión de nuestro Ramón Olivares y la “trompeta gitana” de Calliero. Otra aproximación a la pasión, como motor que debería impulsarnos. Un gran trabajo de músicos que sienten con el corazón y trasmiten con arte. Imprescindible. + info 

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