Nduduzo Makhathini
Festival Jazz Barcelona. Conservatori del Liceu. 28 del 11 del 2024
Tuve el placer de escuchar al compositor y pianista sudafricano Nduduzo Makhathini, en este mismo festival, en 2022. Venía entonces en formación de cuarteto con el saxofonista Logan Richarson, ahora para la presentación de su último trabajo uNomkhubulwane Blue Note, 2024 nos visitó en formato de trío, con su inseparable Zwelakhe-Duma Bell le Pere contrabajista americano pero descendiente de Sudáfrica. Y aunque en un principio se anunció en la batería a Chad Taylor, al menos en los conciertos de Barcelona y Madrid ha sido sustituido por el no menos fabuloso batería cubano Luzmil Pérez.
En el álbum el pianista había sido el también cubano Francisco Mela. Está claro que a la música de Makhathini le sienta muy bien las percusiones cubanas.
El disco, con claras referencias a las tradiciones bantúes, se estructura en tres suites, la primera son las libaciones, la segunda los espíritus del agua y la tercera el logro interior. Para el concierto, Makhathini intercaló temas de las tres suites y dejando mucha libertad a sus músicos. Tan pronto nos deleitaban con melodías preciosas que parecían sobrevolar la música tradicional cubana, como sonaban enérgicas descargas de un jazz que se acercaba a Pharoah Sanders.
Arrancaban con “Kuzodlula”, el piano y la voz de Makhathini trasladándonos a sus raíces musicales, logrando que el piano y las estructuras sonoras del lenguaje de su pueblo (isiZulu) se fusionen con facilidad. Cuándo acaba de cantar, una explosión de free jazz envuelve a la sala y los primeros aplausos saltan como un resorte. El trío ya está lanzado.
Sin dejarnos tiempo para aplaudir suena “Kwakhangelamankengana” (una de las libaciones) Luzmil Pérez, para estar más cerca de África golpea su instrumento con sus manos. Makhathini remata con la mano izquierda, tema corto pero muy original.
“Indawu” es un tema de un disco del 2020, una preciosa balada que trasmite calma y felicidad, Pérez se ha pasado a las escobillas y Bell le Pere no tardaría en ofrecernos su primer solo. Pasa a liderar el tema y piano y batería se ponen a sus órdenes. Debo admitir que este músico es uno de mis contrabajistas preferidos.
Makhathini no da descanso y empalma los temas sin respiro. Ahora es “Umlayez’oPhuthumayo”, y la batería se erige ahora como líder, piano y contrabajo le vigilan para ver por dónde irán los tiros. Ahora es un tema de logro interior. La música transmite paz y felicidad, no me extraña que Makhathini sea colega de Shabaka (Hutchings) en el concierto del inglés vivimos una experiencia parecida. Bell le Pere coge el arco, el pianista vuelve a “recitar” y el ambiente es maravilloso.
Nada de partituras, improvisación, ahora arranca Pérez, el pianista se sale de escena, deja que sus dos músicos se enzarcen en un dúo arrollador, se trata de “Usinga”. Vuelve Makhathini, que se suela de refilón entre la espesa niebla que ha creado la sección rítmica. Que sigue mandando hasta el final del tema.
El contrabajo vuelve al arco para entrar en “Omnyama” tema que habrás escuchado en su maravilloso In the spirit of ntu. Contrabajo, piano y voz nos sumergen en ambientes que beben tanto de Casals, como de Bill Evans. De repente hay un efecto en el sonido que cuesta saber quién lo produce, al final descubro que es el mismo Makhathini, al mismo tiempo que canta produce como una explosión en su voz. El tema se transforma continuamente, es un viaje maravilloso. Presenta a sus compañeros y pasa a explicarnos con detalle sus propuestas musicales. Y sus inquietudes como músico sudafricano.
“Amanxusa Asemkhathini” (de la suite de espíritus del agua) es el siguiente tema, vuelve a usar la voz en un tema cercano de nuevo al jazz más libre, Coltrane está en el ambiente, incluso Cecil Taylor. Siguen dentro de la misma suite, con “Izinkonjana” ahora las notas del blues se extienden socarronas por el escenario. Tiene Makhathini un estilo muy personal y atractivo, con mucho trabajo en el centro del piano, después de largos momentos de suavidad, de repente arranca con una tormenta de sonidos y su pulsación es tan fuerte que es difícil encontrar pianistas con esa potencia.
Con “Amanzi Ngobhoko”, volvían al logro interior, ahora el contrabajista se unía en el canto a Makhathini, y nos invitaban a unir nuestras voces, el público no lo dudó, hasta que las palabras se complicaron en exceso.
Quisieron terminar con Nyonini Le, otro tema de su álbum In the spirit of ntu. Pero era evidente que el público quería más. No tardaron en salir, la versión de “Walk Spirit, Talk Spirit” del gran McCoy Tyner fue un buen colofón para un concierto genial. ¡Ganas de repetir! + info | relacionados | Fotos: Joan Cortès